06 setiembre
Fuente: ALADIL - Asociación de Laboratios de Diagnóostico de Latinoamérica

La actividad física y el rendimiento cerebral

Siempre se ha relacionado la actividad física con el hecho de estar “en forma” gracias al desarrollo de la musculatura. Sabemos también que “estar en forma” es muy importante para la salud cardiovascular, la fortaleza de los huesos, el control del estrés y el rendimiento cerebral.

Uno de los órganos más beneficiados con la actividad física es el cerebro. Ella hace que el corazón dirija mayor cantidad de sangre a este órgano con generosas cantidades de glucosa y oxígeno que mejoran significativamente el rendimiento cerebral.

Un buen ejercicio aeróbico disminuye los niveles sanguíneos de adrenalina y cortisol con lo cual se reduce el estrés.

Con sólo veinte minutos de caminata hay una mejor nutrición de las neuronas y se observa una mejoría de la función cerebral.

Múltiples estudios han demostrado que hay áreas del cerebro que procesan el pensamiento y la memoria las cuales son de mayor tamaño en las personas que desarrollan una actividad física adecuada.

Con el ejercicio se activan cascadas moleculares de enzimas que favorecen la depuración de depósitos tóxicos en el cerebro. Otras cascadas estimulan la producción de factores de crecimiento que ayudan a la formación de neuronas y a establecer conexiones adecuadas entre éstas.

Además la actividad física genera endorfinas que son sustancias químicas “productoras de bienestar”, esa agradable sensación que se siente luego de haber hecho ejercicio. También mejoran el ánimo y calman dolores si los hubiera.

“Vayamos con cuidado” porque a los 40 años ya se comienza a perder materia cerebral y las neuronas comienzan a desconectarse. La actividad física puede actuar como un mecanismo de protección contra los efectos degenerativos del proceso de envejecimiento celular. Además disminuye el riesgo de tener enfermedad de Alzheimer al retardar la formación de las placas amiloides.

En el adulto mayor se produce atrofia de una zona llamada hipocampo donde se encuentra un centro importante de la memoria: la actividad física contribuye a retardar este proceso.